La hoja de laurel es uno de esos ingredientes que podemos encontrar en la cocina de todos. Sin embargo, para aprovechar todo su potencial es importante saber elegirlo y almacenarlo correctamente. Las hojas frescas deben ser de un verde brillante, sin manchas ni daños. Si utiliza hojas de laurel secas, preste atención a su aroma: el olor debe ser brillante, ligeramente picante.
Es mejor guardar las hojas de laurel en un recipiente hermético en un lugar seco y oscuro para conservar su sabor y aroma. El cuidado adecuado de este ingrediente te permitirá utilizarlo en cualquier receta durante mucho tiempo y garantizar que tus platos sean ricos y sabrosos.
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